Las claves de acceso se cifran de extremo a extremo y se almacenan de forma segura en tu gestor de contraseñas, como iCloud Keychain. Para descifrarlas se necesita autenticación biométrica, como Face ID, la huella dactilar o el código de acceso del dispositivo. Si pierdes tu dispositivo, las claves de acceso permanecen guardadas de forma segura, ya que no se puede acceder a ellas sin estos métodos de autenticación.
Las claves de acceso se consideran más seguras que las contraseñas porque no almacenan tus datos en un servidor web. En su lugar, se guardan de forma segura en tu dispositivo.