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cualquier experiencia en Hong Kong se enriquece con un viaje a bordo del Star Ferry, en colores blanco y verde, un breve viaje de apenas diez minutos durante el que puede disfrutar de vistas de postal. El servicio de ferry, que funciona desde el siglo XIX, se ha comprometido recientemente con volverse ecológico.
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Se puede dudar de si sus empanadillas de gamba tienen realmente los 13 pliegues del producto perfecto, pero Hong Kong siempre gana cuando se trata de auténtico dim sum. Pero no olvide que estas sabrosas exquisiteces son solo parte del amplio repertorio de la cocina de Cantón, una cocina que merecidamente se celebra por su sofisticación.
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Las vías fluviales de Hong Kong acogen muchísimas regatas de barcos de dragón desde la primavera hasta el invierno y, los fines de semana, hasta los estudiantes y los oficinistas, toman los remos. Aunque en el siglo XXI los barcos de dragón se han vuelto un poco más atléticos, las tradiciones que evocan sus orígenes en rituales aún están muy vivos en Hong Kong, como podrá observar.
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Si conoce Hong Kong exclusivamente como una “metrópolis bulliciosa”, tal vez le sorprenda que aquí el senderismo es de primera clase: la ciudad está bendecida con un precioso y variado paisaje que se eleva desde playas de arena a praderas abiertas, bosques subtropicales y montañas donde sopla el viento a una altura de casi mil metros.
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Ocultos entre el ultramoderno paisaje urbano de Hong Kong se pueden encontrar encantadoras perlas de su historia, como esta pasarela circular construida a finales del siglo XIX. La fotogénica estructura, que a menudo aparece como telón de fondo en las películas, se encuentra justo encima de una ajetreada estación del tranvía en Causeway Bay.
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Resulta poco probable que se vaya sin comprar algo en Hong Kong: la variedad de mercancías que se ofrece es muy amplia, se ajusta a bolsillos de todos los tamaños y se ofrece con muchas posibles formas de gastar, desde inmensos mercados hasta centros comerciales de lujo y boutiques especializadas.
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En el Festival de Mediados de Otoño, un dragón radiante con varitas de incienso baila mientras se abre paso por el tranquilo vecindario de Tai Hang. Trescientos hombres y mujeres participan en la realización de este evento cacofónico y lleno de humo. Tenga cuidado con los pisotones y las ascuas voladoras.
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Un remanente de la época del vapor, la antigua torre del reloj (1915) del Ferrocarril Kowloon-Cantón en Tsim Sha Tsui ofrece una pose hermosa en su ubicación entre los azulejos dorados del Centro Cultural y el azul del puerto Victoria Harbour, en especial al atardecer.
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Durante los festivales hay interpretaciones de ópera cantonesa por todo Hong Kong en teatros de bambú temporales, grandes cobertizos elaborados con la técnica de andamios de bambú que se ha empleado durante muchos años. Si asiste a uno de los espectáculos, podrá observar los grandes paneles de flores con colores brillantes visiblemente colocados encima de la entrada: son obsequios para los actores y la compañía.
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la cerveza artesanal está de moda en Hong Kong, y lo mismo sucede con el sochu, el whisky, el vodka, la ginebra y los cócteles. Asimismo, puede disfrutar de sus bebidas de múltiples formas, deleitarse con las multitudes en Soho, el centro de fiestas para la ciudad, o subir por encima de todos y disfrutar de la bebida y las vertiginosas vistas en uno de los muchos bares situados en las azoteas de la ciudad.
